En este segundo blog sobre la Bienal de Arte de Venecia 2022, quería mostrar las obras más transgresoras, aquellas que han traspasado los límites por técnica, formato, o temática políticamente incorrecta.

Hay también en esta bienal mucho aparato genital y sexualización de objetos cotidianos. Sin grandes infracciones e incluso con simpatía, como en el pabellón de Letonia de Skuja Braden que mencionaba en el blog anterior.

Dejando al margen esta temática orgánico sexual, hay trabajos que remueven, y mucho, por su contenido. Esta sería mi selección:

Pabellón de Grecia. Giardini. 

Con la obra “Edipo en busca de Colono”, Loukia Alavanou presenta un cortometraje de realidad virtual en la que el personaje mitológico Edipo, desterrado, busca un lugar en el que ser enterrado. La trama transcurre en un poblado de chabolas de los alrededores de Atenas. Los actores son la comunidad gitana que vive en el poblado. Es un lugar terrible, gris, muerto, de pobreza extrema. Las imágenes son crudas y verlo en realidad virtual hace que te sitúes en ese ambiente sin ninguna distancia. Son 15 minutos de inmersión total en un paisaje desolado de gentes desoladas. Esta película se clava en la retina.

Pabellón de México. Arsenale. 

Fernando Palma presenta en este pabellón su obra “Tetzahuitl”. Se trata de 43 vestidos infantiles que danzan en un entramado de cables, sonidos y platillos con ritmos imprevisibles.

La instalación crea una atmósfera inquietante y mágica.

Estos vestidos sobrevuelan la sala como el recuerdo de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Guerrero, México.

Son un ejército que recuerda la lucha del país contra el entramado social y político que perpetúa violencias complejas y sistemáticas.

Pabellón de Perú. Arsenale.

Con un estilo punk y urbano, Herbert Rodríguez protesta contra la violencia de Chile con “La paz es una promesa corrosiva”. Es una reacción sincera y directa contra la violencia en las calles, contra las mujeres…

En la muestra de esta Bienal de Arte, utiliza sobre todo un collage tosco e impetuoso.

Estas obras las realizó en la década de los 80, años especialmente complicados en el país.

Muchas de esas protestas siguen siendo totalmente actuales, lo que me remueve al pensar que han pasado 40 años desde que se hicieron y el camino es lento, muy lento.

«The Severed Tail». Arsenale.

Marianna Simnett presenta la película “The Severd Tail”. El protagonista es un cerdo al que cortan la cola. Unas veces animal, y otras veces humano, se adentra en un mundo fetichista y de sufrimiento para buscar una nueva cola.

Se habla en esta obra de género, especies e identidad.

Las escenas son a veces ingenuas, en su mayoría crudas, y siempre con un constante influjo fetichista y sexual.

Los cuarenta grados en la sala de proyección ayudaron a crear un ambiente asfixiante de búsqueda y dolor.

Pabellón de Dinamarca. Giardini. 

Este pabellón es de difícil interpretación. La atmósfera creada por Uffe Isolotto, en “Caminamos por la Tierra” es serena y a la vez dramática.

En una de las salas, una mujer centauro da a luz una criatura que aún no se puede ver porque está dentro del saco amniótico. En otra de las salas, un hombre centauro cuelga de las vigas del techo. Por un lado la vida y por otro, la muerte.

La autora explicaba en la presentación de la Bienal de Arte: “Hay mucha esperanza y desesperación en el aire, y quiero hacer eso una realidad física con esta instalación”

Las figuras son hiperrealistas y de gran belleza a pesar de las escenas representadas. Es un pabellón siniestro, sugerente e inquietante.

Paula Rego. Pabellón Principal. Giardini. 

Las pinturas de Paula Rego que se pueden ver en Giardini, muestran una realidad descarnada de una sociedad que se enfrenta a niños no deseados. Son imágenes duras, plasmadas en pintura o escultura, con la maestría del costumbrismo propia de esta artista. Estos trabajos transmiten crueldad y horror, pero también despiertan compasión.

Según la Real Academia Española, la definición de transgredir es la siguiente:  1. tr. Quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto.

En esta Bienal no se quebrantan preceptos, leyes o estatutos. Pero se siguen removiendo conciencias para explorar los límites de la sociedad y presentar protestas y pensamientos alternativos. Y eso, siempre es está bien.

Próximamente… más.