Además de la calidad de las obras expuestas en la Bienal de Arte de Venecia, merecen mención especial los espacios en los que se exponen, ya que por sí solos son dignos de atención.

Palacios, muelles, arsenales, parques, iglesias, bibliotecas. La ciudad se vuelca con la Bienal de Arte.  Todo un lujo de alojamiento temporal para los trabajos de los artistas seleccionados.

A continuación, algunos de los ejemplos más llamativos.

Palacios. 

Palacio Mora, Palacio Bembo, Palacio Grimani, Palacio Ducal… Dispersos por toda la ciudad, los encontramos de todos los tamaños y antigüedades.

Normalmente el acceso es gratuito y la visita se ve recompensada no sólo por la exposición de pintura o escultura que se exhiba allí, sino también por la posibilidad de conocer por dentro un palacio veneciano.

Cualquier espacio puede ser utilizado para la Bienal de Arte de Venecia, desde las salas más solemnes, hasta el cuarto más pequeño de una buhardilla. Imagino el trabajo de “vestir” un palacio con arte como un maravilloso reto de creatividad y logística.

Desde las ventanas de estos palacios se ve una Venecia diferente. Desde el palacio Bembo por ejemplo hay una vista espectacular del puente de Rialto y del Gran Canal.

Las colecciones propias de los palacios son muchas veces importantes, por lo que con la misma visita se puede ver una exposición de vanguardia y otra histórica.

El palacio Grimani sería un buen ejemplo.

Aunque el mejor es, sin duda, el Palacio Ducal. En él se pueden visitar las cámaras institucionales, la cárcel o el famoso Puente de los suspiros entre otras muchas estancias. Anselm Kieffer recibió el encargo de vestir la majestuosa Sala del Escrutinio, que ya estaba decorada con más de 30 pinturas de gran valor.

El resultado del pintor alemán lleva por título “Estos escritos, cuando se quemen, finalmente darán algo de luz”, texto del filósofo veneciano Andrea Emo.

Las nuevas obras conviven en perfecta armonía con las antiguas. Es sobrecogedora la magnitud. Al entrar, aún es posible percibir el olor de pintura (hay mucha materia pictórica en esos paneles).

La pintura de Kieffer es oscura y solemne. Sin duda, es una visita imprescindible.

Iglesias. 

Algunas de las iglesias de Venecia sirven de escenario para instalaciones de la Bienal.

Las temáticas a exponer pueden ser tan alejadas del catolicismo que sorprende que se expongan en una iglesia.

En una de ellas se puede encontrar una completa lectura de cartas interactiva con profecía final personalizada incluida.

Arsenal. 

El Arsenal es la antigua base naval en el distrito de Castello. Actualmente se utiliza como centro de investigación, centro de preservación de navíos históricos y como espacio expositivo durante la Bienal de Venecia. Es un complejo formado por astilleros y armerías, todos de grandes dimensiones, capaces de alojar las más grandes instalaciones de la muestra.

Por ejemplo, Arabia Saudi presenta este año “The Teaching tree”, una obra que invita a pensar en la sabiduría de la naturaleza y mide nada más y nada menos que 40 metros de largo.

Un añadido a esta zona es que desde la parte que está más al este, se pueden ver las manos que Lorenzo Queen hizo para la ciudad.

Parques y jardines. 

En los Giardini, el parque de Venecia, se pueden visitar más de 25 pabellones, además de las esculturas e instalaciones que se alternan en las zonas abiertas. El primer pabellón data de 1907 y, cada año, los países asignados exprimen sus espacios para mostrar su arte de vanguardia. El paseo es agradable, en verano cuenta con la banda sonora de millones de chicharras que pueblan el parque y es posible hacer descansos en el canal o en las diferentes zonas verdes.

Los jardines de alrededor se aprovechan para exhibir esculturas y el paseo por esta parte de Venecia es mucho más tranquilo por el menor número de turistas que llega hasta aquí.

Bibliotecas. 

Visitar una biblioteca inspira siempre cierta solemnidad. Si además se utiliza como fondo para una exposición de pintura, el resultado es maravilloso. La biblioteca Marciana, activa en estos días, ha sido además intervenida por Federica Marangoni con neones y frases que se unen con la arquitectura clásica con total naturalidad.

Muelles y otros espacios. 

Además de los anteriormente mencionados, participan también en la Bienal de Arte muelles, almacenes, galerías y otros espacios diseminados por toda la ciudad.

La Bienal es una fiesta en toda la ciudad, y se percibe al pasear por cualquier zona, ya que los carteles de exposición salpican continuamente las aceras.

Hay dos opciones: hacerse con un mapa y recorrer la isla en busca de tesoros o dejarse llevar e improvisar con las exposiciones que seguro saldrán al paso. La experiencia puede ser agotadora, y en verano muy calurosa, pero merece la pena descubrir estos rincones tan bien acompañados por arte.

En el siguiente y último blog… la belleza.